sábado, 8 de junio de 2013

Sabinares del Arlanza (Burgos), junio 2013

Sabinares del Arlanza, Covarrubias (Burgos), junio 2013
 
 

Ruta en solitario por los Sabinares del Arlanza (Espacio Natural Protegido), recorriendo tres partes emblemáticas: el desfiladero de Mataviejas, los Sabinares y la hoz del Arlanza Se trata de una zona en la que destacan los sabinares, por su extensión y conservación, y su relieve rocoso, con grandes cortados calizos,(algunos inaccesibles) donde habitan gran cantidad de aves rapaces.


   
Llegué temprano a Covarrubias, inicio de la ruta, y después de preparar el equipo y aprovisionar bien la mochila, especialmente en líquido (las previsiones apuntaban a un día muy caluroso), salí en dirección sur atravesando el puente sobre el río Arlanza. Durante los primeros cinco kilómetros recorrí el camino, prácticamente llano, que discurría, entre vegetación de ribera, acompañando al mencionado río.
 
 
 
 
 
 A partir de ahí giro hacia la izquierda para empezar con la primera subida importante del día, subida por el camino de la Calzada, aunque más que camino parecía senda por lo cerrado que estaba (principalmente por encinas y algún roble), aunque algo menos en la parte alta. Al llegar arriba decidí dejar el camino y descender al pueblo de Ura por la trialera de Morros de San Pelayo; una trialera divertida y con vistas espectaculares que borda la Peña del Cinto y desemboca en la Parroquia de Ura.
 
 
 

 

 
En la población de Ura comienza el desfiladero del río Mataviejas, a lo largo de unos 3 kilómetros, más o menos, recorrí esta estrecha y serpenteante garganta rocosa escavada por el río hasta la población de Castroceniza. Muchas culebras debe haber por el valle, pues algunos gatos se estaban dando un festín a su costa.


 
 
 
 

 
 

 
 

 
En Castroceniza decidí penetrar en el "corazón del sabinar", dejando la vegetación de ribera, y bordeando el Alto del Lomo. Al principio la subidas fue más dura, algunas rampas superaron el 25%, pero ésta fue haciéndose más suave a medida que me acercaba al Monte El Majadal; en dicha ascensión las encinas iban perdiendo predominancia en el paisaje en favor de las sabinas. Arriba, después de cruzar la carretera BU-901, enlace con el Camino del Cid hasta la población de Santo Domingo de Silos.
 
 
 
 

 
 

El calor empezaba a apretar, y ya se empezaban a ver los primeros "pájaros negros sobre mi cabeza". Entré en la localidad por el noroeste, atravesando la cantera de caliza, y después de recorrer brevemente alguna de sus calles y repostar agua (algún vecino mientras cargaba agua me insufló ánimos, "hoy vas a sudar bastante, ¡eh!), abandoné la localidad por el este.
 
 
 
 
 
El camino al principio era tal, aunque pedregosos y técnico, pero a media que ascendía hacia la zona de la copeta este ya ni tan siquiera se intuía, el GPS trabajaba al máximo.
 
 
 
Desde la Copeta las vistas eran impresionantes, el valle de Carazo, pero impresionante era la bajada, algún tramo tuve que apearme de la bici para que no me apeara ella, la fuerte pendiente y los tramos de piedra me aconsejaron tal decisión. Al llegar abajo unos metros campo a través para tomar el camino que ascendía por el valle y que llevaba al "Cementerio Sad Hill". En dicha ascensión gran multitud de vacas pastaban y descansaban a lo largo del valle, algunas habían colonizado el camino por lo que opté por coger algún tramo de campo a través para no interrumpir su placidez. Testigo mudo de la misma, la peña del Carazo me acompañaba a lo largo del valle.
 



 
 
 
En "Sad Hill" primero foto de recuerdo y, después, avituallamiento consistente, de cementerio cinematográfico a merendero betetero.
 
 
 

 
 
 
Una vez "repostado y reposado" el GR-82, tramo más monótono de la ruta, me llevó de forma rápida a Contreras.
 
 
 
Al tratarse de pista y en descenso fue el tramo más rápido de la ruta. A la salida de Contreras opté por abandonar el valle y subir nuevamente a la zona de sabinas. Subí por el camino de Valdecasa hasta las Tenadas de Valdelacasa, donde a media subida un letrero indicaba que, además de tratarse una propiedad privada, no tenía salida. Pude comprobar que era cierto, a partir de las construcciones unas pequeñas roderas indicaban el camino a seguir, pero luego ya ni eso.
 
 
 
 
Después bajada al cañón del Arlanza, la primera parte suave por roderas marcadas en el suelo y con zonas pedregosas, la segunda parte (por la zona de Los Alares) complicada con un tramo de unos 50 metros con la bici al hombro y la tercera parte entre vegetación cruzando el arroyo de la Estacada (por suerte el agua no era abundante) y tratando de enlazar con la senda que transita al lado del río Arlanza (la sombra y la temperatura más fresca se agradecía).
 
 
 
 
La senda que recorre el cañón del río Arlanza es espectacular, varios kilómetros por ella hasta poco antes de llegar a retuerta que se abre en un pequeño camino. En la zona de la Cueva de Fuente de Acicasa las riadas se han llevado la senda y hay que transitar unos metros entre piedras y cantos rodados. Las carboneras, algunas humeantes, se presentaron como el preludio de Retuerta.
 
 

 
 

 
 
 
 
 
 
A la salida de Retuerta, en dirección norte, la duda volvió a rondarme. ¿El Camino del Cid o la senda del río? El calor me ayudó a decidir, la vegetación de ribera es mucho más fresca. Por ello, los últimos kilómetros pedaleé por la senda paralela al curso del río, con especial atención en el tramo de la mina, pues el Arlanza se había "tragado" un trozo de senda.
 
 
 
 
 
 
La entrada en Covarrubias fue, de nuevo, por el puente sobre el Arlanza, y, después de recorrer alguna de sus calles, di por finalizado este día magnífico de pedaleo por un entorno con muchos contrastes
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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