miércoles, 13 de agosto de 2014

P. N. Montezinho (Braganza), agosto 2014

P. N. Montezinho, Rio de Onor (Braganza), agosto 2014


Parque Natural que se encuentra situado en el nordeste portugués, limitando con España, en el nordeste de Trás-os-Montes. Posee un relieve heterogéneo, con planicies onduladas cortadas por profundos valles y varias sierras. Es una de las mayores áreas protegidas de Portugal. En él existen numerosas poblaciones, la mayoría de ellas muy pequeñas, ubicadas en puntos abrigados y discretos. Esta atravesado por varios ríos, más o menos importantes de la Cuenca del Duero.

La ruta recorre sólo la parte este-nordeste del Parque Natural de Montezinho. En esta ocasión dos fuimos los encargados de realizar una avanzadilla a fin de conocer el terreno, para posteriormente (unos días más tardes) volver a la zona a recorrer el mismo entorno, pero con ligeras variaciones. La ruta parte, se inicia, en Rio de Onor (primera población portuguesa al atravesar la frontera). Este es un pequeño pueblo portugués sito, prácticamente, en la frontera luso-española. Rio de Onor (Portugal) y Rihonor de Castilla (España) forman, casi, uno sólo dividido por la raya fronteriza. Su peculiar arquitectura tradicional queda palpable en la mayoría de sus casas. Sus habitantes poseen un habla particular, perteneciente al grupo del astur-leonés.


Llegamos temprano, pero no excesivamente, pues el horario portugués (una hora menos) jugaba a nuestro favor, a Rio de Onor (localidad portuguesa inicio de la ruta). Atravesamos el núcleo urbano para buscar una buena ubicación al coche, incluso buscando un posible lugar que a la vuelta estuviera en umbría. Este lugar creímos encontrarlo en el aparcamiento emplazado al lado del camping. Después de organizarnos y armados con todo lo imprescindible para un completo día de ruta btt-era, salimos en dirección al centro del pueblo para poder cruzar el río por el puente, ¡ya quedaría tiempo para mojarnos!


No habíamos hecho más que subirnos a la bici y la primera "calentada". Unos dos kilómetros y medio en ascensión constante, con algunos tramos de pendiente considerable, primero entre vegetación arbustiva que a media subida da paso a castaños y roble para finalizar esta subida con la compañía de arbustos, otra vez, en los márgenes del camino antes de cruzar la carretera N-308. Una vez que cruzamos la carretera, en dirección nordeste, el terreno era más favorable, los primeros cuatro kilómetros llaneando, con algunos falsos llanos, hasta adentrarnos en el pinar. 


Foto cortesía de BTT La Badana



Coincidimos en la visita con los pobladores de estos pagos, algunos ciervos eran verdaderos "ejemplares únicos".Una vez en el corazón del mismo, ya habiendo girado totalmente en dirección sur, bajamos, por el pinar, hasta Guadramil, otra pequeña localidad en este caso en el valle del río que da nombre al pueblo. La mañana estaba ideal para "perderse" por el monte, prueba de ello en la concurrencia de varios btt-eros en el pueblo, eso si, aparentemente, los únicos foráneos éramos nosotros.  


Después de inmortalizarnos con alguna de las construcciones típicas continuamos la ruta. Al salir de Guadramil subimos (unos dos kilómetros) por la ruta de los cérvidos hasta la meseta. Subida en la que nos acompañaron los arbustos salpicados por algunos castaños y robles. 

Ya en la meseta otros dos kilómetros por la ruta de los cérvidos con amplias praderas como testigos hasta llegar al pinar, donde abandonamos dicha ruta para continuar por él. Camino ancho, buen firme y terreno en ligero descenso (eso si siempre hay algún repecho que otro) daban paso a un camino que sólo coincidía con el anterior en esto último, pues era estrecho y estaba bastante cerrado, alguna jara y pequeños pinos. 



Claro que era susceptible de cerrarse todavía más; kilómetro 18 de ruta (más o menos), giro a la derecha y .... ¡donde esta el camino!, oculto entre algún pino pequeño, muchas jaras y .... gran cantidad de zarzas.¡Cómo nos pusimos de agua!, la gran cantidad de rocío que tenía la vegetación nos aportó una ducha improvisada, eso si agradablemente perfumada con los exudados de las jaras que la acompañaban. Por si fuera poco se le unió una bajada impresionante hasta el valle del río (río de Onor); la fuerte pendiente no fue lo peor, las jaras que dificultaban el trazado la superaban. ¡Sorpesa! las zarzas había efectuado bien su trabajo, pinchazo a la vista. Ya había notado en la bajada como se me iba la rueda. 

Primer intento de hinchar para ver si no era necesario el "cambio". 


Foto cortesía de BTT La Badana

Aunque después de un par de intentos más la decisión fue poner la bici "patas arriba", había que poner cámara.


Una vez efectuada la reparación continuamos por el pinar y subimos un poco por la ladera, otro buen repecho, para volver, más tarde, a bajar al valle del río. Nos tocó pedalear por un camino "algo sucio" paralelo al río, las zarzas se hacían acompañar ahora de vegetación de ribera. 


Y llegamos al valle, había que cruzar el río, por suerte no tenía mucho caudal, pero la ruta continuaba por la margen derecha y no había puente. Estábamos algo mojados, era agosto, pero la idea de mojarnos completamente no nos interesaba mucho. Un poco de fuerza, algo de pericia, y mucha suerte para conseguir atravesar los "sólo" dos metros de río pedaleando sin mojarnos.



Fotos cortesía de BTT La Badana


Una vez cruzado el valle toco la ascensión por la apática , y a tramos casi esteparia, ladera. 


Foto cortesía de BTT La Badana

Cual tobogán, después de la subida, nuevamente bajada para aproximarnos al río y luego acompañarlo, a poca distancia (y a cierta altura). 



Algo de sombra nos proporcionaban los escasos pinos y robles de este tramo.



A partir del kilómetro 30 (más o menos), tocó despedirnos de nuestro compañero de "juegos" en los últimos minutos. Tocaba subir nuevamente al pinar, hasta tocar nuevamente la carretera N-308. Una vez que la atravesamos, a disfrutar de la bajada rápida, y un poco polvorienta, a Varge. 


Llegó el momento "jubiloso" de la jornada, momento bocadillo (aligerando mochilas) y cerveza (bueno cervezas). Descubrimos un buen restaurante, recomendable (muchísimo). 


Foto cortesía de BTT La Badana

Este sería otro de los motivos para volver en fechas posteriores, incluso cambiando el lugar de salida (saldríamos de Varge y al final de la ruta disfrutaríamos del bacalao y la carne, entre otras, que ofrece).

Ya repuestos, o al menos eso habíamos intentado, volvimos a nuestra faena. Después de comer, aunque hoy sólo habían sido bocadillos, otra "calentada" había que subir nuevamente al pinar. Toco subir lo que habíamos bajado para llegar a Varge, aunque variando el recorrido, sólo se repitió un tramo de camino.


Después de esta ascensión de unos cuatro kilómetros, nuevamente cruzamos la carretera para tomar un camino que "aparece" al lado de la casa forestal, y pedalear por una zona más tranquila, se podría considerar casi llana, con los obligatorios y necesarios "repechillos". 





Este camino-cortafuegos, con robles, algún castaño y, sobre todo, pinos, acompañados en algunas zonas por hechos, está trazado, prácticamente, cual si fuera una curva de nivel. Nuevamente los pobladores de estos pagos salieron a recibirnos.


Foto cortesía de BTT La Badana



El tramo final hasta nuestra "reverenciada" carretera ya fue menos amable; un buen repecho por el cortafuegos, incluso con piedra suelta nos llevó a "sus pies". Un "kilometrillo" por ella para tomar un camino que nos sacó por un momento de Portugal. Pedaleamos un pequeño tramo por terreno español antes de regresar nuevamente a territorio portugués y bajar (vaya bajada) a Rio de Onor; no sin antes pararnos, a media bajada, y fotografiar y disfrutar de la panorámica de los dos pueblos fronterizos. 






Fotos cortesía de BTT La Badana

Una vez en el lugar de salida, ¡acertamos con la posición del coche! Estaba a la sombra. El río tantas veces compañero durante la ruta nos sirvió como aseo improvisado para eliminar someramente los principales restos de la ruta asentados en nuestro cuerpo.


Y a regresar, pero .... parada obligatoria en Puebla de Sanabria, para la hidratación correspondiente (cañas ¡no!, cañones). A buen ahora estábamos en casa.