domingo, 8 de septiembre de 2013

Sierra Oeste Madrileña (Madrid), septiembre 2013

Sierra Oeste Madrileña, Navalagamella (Madrid), septiembre 2013

Territorio de transición entre la zona montañosa (Sierra) y los valles de los afluentes del Tajo (Perales y Alberche). La Sierra Oeste se encuentra a caballo entre la Sierra de Guadarrama y la zona oriental de la Sierra de Gredos, y posee un relieve variado, montañas, valles encajados, vegas, ..., que dan lugar a una enorme variedad de paisajes y ecosistemas. Esta variedad hace que nos encontremos pastizales, pinares, robledales, castañares, ..., pero también de sauces, fresnos, chopos y alisos, entre otros, en las riberas, encinares, especialmente en las dehesas, enebros, retamas, jaras, etc.

La ruta recorre la zona nordeste de esta Comarca, transcurre principalmente por el término municipal de Navalagamella pero también se adentra en los municipios limítrofes de Valdemorillo y Fresnedillas.

Ruta muy completa, en continuo sube y baja ('rompepiernas'), con tramos y momentos de todo tipo, para todos los gustos. Realizada en un día que desde el punto de vista climatológico era perfecto para pedalear.



Instantes ".... quién me manda a mi ....". Eso de levantarse un domingo a las 4 de la mañana para realizar más de 300 km en coche, pegarse una buena ruta en bici y, nada más acabar, regresar de nuevo a casa volviendo a realizar 'otros más de 300 km', si se piensa en frío......




Tramos "... o te bajas o te desmonto ....". Prácticamente en su totalidad la ruta era ciclable pero contaba con un pequeño par de tramos (unos metros), especialmente uno hacia mitad de ruta, en que lo prudente (por no decir obligatorio) era bajarse de la bici y realizar el descenso 'acompañándola de la mano'. Esas trialeras técnicas no podían faltar en una ruta tan completa.






Senderos disfrutones y/o desfiladeros, algunos con piedras y otros "abrazados en exceso" por la vegetación o con pocas "huellas de tránsito rodado". Como muestra, la bajada hasta el Puente del Pasadero, punte de origen medieval (restos) sobre el río Perales.



Momentos "... de ejercitar el músculo ..." Un pequeño pinchazo que no conseguí cerrarlo me dio un poco de guerra, siendo necesario parar varias veces para hinchar, con la bomba de mano.



¡Sorpresa!, no hay playa pero ... Se bordeó el Embalse del Cerro de Alarcón, retiene el río Perales. Es utilizado como Club Náutico en la Sierra. Eso sí, compañeros "sufridores" padecieron la ausencia de algún pequeño tramo sin señalización ("habían volado"). ¡Gracias Oregon!. Buena senda para bordearlo.





Paisajes "....¡vaya panorámicas! .....". Se transitó por zonas con unas vistas espectaculares, desde los cerros se podía observar la zona sur de Madrid.

Paradas "... de aquí no me muevo ...". Coincidiendo con el último avituallamiento, quién me iba a decir a mi que 'casi' el mejor melón (inmejorable debilidad) de todo el verano lo iba a catar en esta ruta. Lástima que tuviera que volver a pedalear, trabajo me costó separarme de allí, eso si con 'un poco más de peso en la montura'.



"Caminos y rincones con historia", nos acompañaron a nuestro paso, fortines y edificaciones de la Guerra Civil, molinos harineros, puentes, etc, o bien "soportaron nuestras ruedas" vías pecuarias, puentes, ... ¡Cañada Real Leonesa!, como en casa.

Zonas afectadas por incendios. También pasamos por zonas afectadas por una de las lacras veraniegas, cuando pedaleamos entre Navalagamella y Valdemorillo.

Pausas solidarias. A poco kilómetros de la llegada me detuve, hasta que llegaran las asistencias, para acompañar a un compañero que había sufrido una caída, por suerte no sufrió más que heridas leves.

Confusiones "... tantas vueltas me van a marear ...". La ruta giró en torno a la localidad existiendo varios bucles y/o vueltas que en la última parte sembró un poco el despiste.

"Tertulias sobre la bici". No podían faltar esos instantes que se aprovechan para departir a lomos de la bici con los compañeros de ruta.

Tramos rodadores, especialmente la parte final, también los tramos que pasan por las cañadas, como la Cañada Real Leonesa. En algunas pistas la arena se "parecía" acumular. En otros casos nos permitieron atravesar dehesas.



Y al finalizar la ruta primero recoger el equipo y luego ducha, si la ruta permitió purificar la mente la ducha del pabellón polideportivo hicieron lo propio con el cuerpo, eso si pese al buen día nadie osó "enfrentarse con la piscina" . Y después a recuperar fuerzas, bocadillos, cervezas y refrescos, entre otros, antes de volver para León.







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